domingo, 21 de octubre de 2012

Prácticas sexuales altamente peligrosas


Para gustos se hicieron colores, así que en la mente humana coexisten miles y miles de sensaciones táctiles, olfatorias, visuales, incluso de sabores, que pueden activar el mecanismo de la excitación sexual, y pueden variar enormemente de persona a persona. Sin embargo, algunas de estas sensaciones pueden poner en peligro la vida de quien las busca. ¿                Quieres conocerlas?


Es mi deber hacer una advertencia parecida a la que realiza el programa “Mil maneras de morir”: no intentes ninguna de las prácticas aquí mencionadas, pues correrás con el riesgo de morir en el acto. Solo en Estados Unidos de Norteamérica, se reportan hasta mil casos año catalogados como “muertes accidentales”, y en años pasados hubo una alarmante incidencia de adolescentes que murieron en Argentina, como puede leerse en el artículo publicado en el sitio del Instituto de Sexología Kinsey (www.kinsey.com.ar). Lamentable y aterrador.
En tiempos de Freud, toda conducta sexual que se salía de la norma, se denominaba perversión, sin embargo, los sexólogos de la actualidad prefieren llamarlas parafilias. Existen miles, y cada día se nombran más y más, en sí no representan una conducta de riesgo, pero sí que el individuo puede tener un problema que necesite de terapia para corregirlo, ya que la parafilia sustituye la relación sexual convencional (excitación y penetración, sin importar el sexo de los participantes)con una excitación sexual de manera no tradicional. Ya hemos hablado anteriormente de la urolagnia, del sadomasoquismo y de los fetiches con ropa, objetos , etc. Pero estas parafilias coquetean peligrosamente con Tánatos, el impulso de morir.
Brevemente diré que Eros y tánatos , el amor y la muerte, íntimamente ligados , en ningún otro momento como en el orgasmo, se encuentran y se confunden.
Tal vez por esto, algunas personas buscan emociones fuertes, como lo es la hipoxifilia, asfixiofilia o asfixia erótica, que como su nombre lo indica, se trata de padecer una falta de oxígeno en el momento del orgasmo, causada por medios mecánicos (cuerdas, lazos) o las manos. El famoso psiconeurólogo John Money hizo importantes investigaciones al respecto, rastreando sus orígenes hasta la antigüedad, concretamente hasta el lejano oriente, costumbre que luego importaron los viajeros pertenecientes a la legión extranjera.  Me imagino que se puso de moda en la decadente Europa del siglo XVIII, donde pronto ocasionó estragos, que se calificaron como “suicidios”. Pero la modalidad más peligrosa de esta práctica , es la asfixia autoerótica , que como su nombre lo indica, es un acto en solitario que , combinado con la masturbación, puede ocasionar la muerte. Hay una larga lista de personajes famosos (y otros que nadie conoce), que abarcan desde políticos, estrellas de cine (como David Carradine), cantantes (Michael Hutchence de INX), y miembros de la realeza. Madonna nos mostró las consecuencias en su ya viejo video de “Bad girl”, y “”El imperio de los sentidos “, que recrea un famoso caso de asesinato sucedido en Japón.
En la práctica, se busca el placer exacerbado que se   supone se logra al privar al cerebro de oxígeno por unos segundos (hipoxia), esto ocasiona que los niveles de dióxido de carbono se incrementen en el cerebro provocando mareos, sensación de que “se va la cabeza” (ligereza) y placer, lo que puede sentirse como un orgasmo más intenso, y que puede ser altamente adictivo debido a su carácter casi alucinatorio. Recalco que puede  ser causa de daños cerebrales o de muerte. Si se trata de utilizar lazos o cuerdas alrededor del cuello, ya sea de uno mismo o de la pareja, es importante tener cerca una tijera para cortar en caso de emergencia, y si se trata de las manos, asimismo, debe de tenerse sentido común y prudencia para no apretar demasiado. En cualquier caso, es básico confiar en la pareja, ya que los errores se pagan muy caros.
Existe otra modalidad , que en el ambiente BDSM se conoce como “breathplay”, juegos con el aliento , con privación de aire como el caso de máscaras de látex, o el famoso facesitting , en donde la parte femenina de la pareja literalmente se sienta sobre la cara del compañero. Pero sin duda lo más peligroso es el uso de bolsas de látex, inspiradas en las bolsas de cadáveres, en donde se introduce al sumiso, en ocasiones atado y amordazado, y se le deja ahí, envuelto en su mortal capullo impermeable, presa de la voluntad de su dominante, sin posibilidad  de liberarse por  sí mismo. ¿No es aterrador?
Incluso un juego tan simple como el bondage puede resultar peligroso al dejar demasiado tiempo sujeto el cuerpo en las cuerdas, o en posturas incómodas y antinaturales, así como ataduras demasiado ajustadas, que pueden causar desde desmayos hasta la muerte. 
¿Perversiones? Freud se deleitó analizando estas particularidades de la psique humana, pero es preferible llamarlo parafilia, ya sea que se acompañe de travestismo, bondage, uso de pinzas, dildos, vibradores… es innegable que el componente psicológico es inquietante, pero que únicamente se busca el placer , no la muerte. Sin embargo, la línea entre la vida y la muerte es tan delgada en este caso, que es preferible no cruzar límites , ni siquiera tratándose de un juego.

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