Diversas son las propuestas que los expertos han emitido para clasificar a los asesinos seriales. Y es que resulta claro que todo depende de los criterios a elegir, pudiendo clasificarse a los asesinos seriales según su zona de influencia, el orden con que llevan a cabo sus crímenes, las motivaciones que los impulsan a matar, etc. Sin embargo no todas las clasificaciones son igualmente útiles para el investigador criminalista, de modo que a la larga solo unas cuantas tipologías siguen vigentes.
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CLASIFICACIONES EXISTENTES MÁS DIFUNDIDAS
1-Por zona de influencia
1.1-Viajeros
1.2-Locales
1.3-De lugar específico
1-Por zona de influencia.
1.1-Viajeros: Estos
asesinos no tienen un lugar fijo o un área determinada en la cual
operar, suelen viajar miles de millas para cometer sus crímenes,
teniendo así un teatro de operaciones potencialmente indeterminado.
Ejemplos de ellos son: 1) el Monstruo de los Andes (Pedro Alonso López),
quien asesinó en Perú, Colombia o Ecuador, 2) Daniel Camargo Barbosa,
quien mató en Colombia y, dentro de Ecuador, cobró víctimas en distintas
ciudades.
1.2-Locales: Estos
asesinos tienen un área de operaciones fija, pero amplia sin embargo;
pudiendo ser, para que se entienda la amplitud de su radio de acción,
una ciudad entera o incluso o una provincia o estado (como California en
USA).
1.3-De lugar específico: Estos
también tienen un área fija, pero es mucho más pequeña que en el caso
de los asesinos “locales”: una casa, el lugar de trabajo, etc.
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2-Según sus procedimientos:
2.1-Organizados: Estos
asesinos son los que elaboran planes, ocultan pistas, buscan momentos
propicios para sus crímenes, no suelen improvisar en la manera de matar a
sus víctimas y están atentos al entorno social para prevenir cualquier
posible amenaza a sus proyectos criminales. En general, en ellos son
comunes las siguientes características: nunca son tontos, teniendo así
un coeficiente intelectual de 105 (100 es la media) en adelante, con un
113 en promedio y siendo de 105 a 120 el rango en que sus inteligencias
suelen estar (pueden tener más de 120, como ya quedó claro); en su
mayoría son socialmente bien vistos; suelen estar casados o tener
pareja; se desplazan para cometer sus delitos; elaboran planes; siguen
las noticias; tienen una o más armas previamente designadas para sus
asesinatos; usualmente conocen o siguen a sus víctimas; eliminan
pruebas; suelen ser fetichistas (guardando objetos o partes de sus
víctimas, teniendo fotos de las mismas, etc); habitualmente vienen de la
clase media o media-alta; en general no tienen problemas para
socializar o vincularse al sexo opuesto
2.2-Desorganizados: El
asesino desorganizado no es cerebral ni calculador, suele ser un
individuo impulsivo, violento, no elabora planes y es descuidado a la
hora de ocultar evidencias (no las oculta) o elegir el momento de los
crímenes. A diferencia de los organizados y algunos mixtos, estos
asesinos nunca tienen una inteligencia superior a la media pues, de ser
así, su psicología les obligaría a tener, por autoconservación, un
mínimo de orden y prudencia. Las características que se observan en
estos asesinos son: escasa inteligencia, con coeficientes intelectuales
ubicados entre 80 a 95; son socialmente ignorados o mal vistos; suelen
vivir solos y no tener pareja; vive y trabaja cerca de los lugares en
que asesina; no hace planes; no sigue las noticias; usualmente no tiene
un arma preestablecida para sus crímenes; no suele conocer a sus
víctimas y no las sigue; no elimina pruebas; no es fetichista; suele
venir de las clases sociales baja y media-baja; tiene problemas para
socializar y vincularse al sexo opuesto.
2.3-Mixtos: Los
asesinos mixtos presentan combinaciones coherentes de rasgos del asesino
serial organizado y del desorganizado, en general son asesinos que, en
cierta fase de su carrera criminal, actúan organizadamente, mientras que
en otra actúan desorganizadamente; o bien, a lo largo de su carrera de
asesinos o en cierto periodo de la misma, manifiestan un orden parcial,
no total, incluyente de ciertos rasgos del asesino desorganizado. Estos
son minoría, pues en general o son organizados o son desorganizados.
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3-Según la motivación de sus asesinatos
3.1-Visionario: En
este tipo de asesino serial es donde más abundan los esquizofrénicos.
Estos asesinos reciben el nombre de “visionarios” porque su visión de la
realidad está teñida por el delirio y la fantasía, dentro de los cuales
suelen colarse seres irreales surgidos en la dinámica de las
alucinaciones visuales y auditivas. Usualmente creen cosas absurdas como
que son otra persona (la encarnación de Hitler, por ejemplo), como que
entidades sobrenaturales (Dios, el Diablo, ángeles, demonios, espíritus,
etc) les hablan y les impelen a cometer asesinatos, etc. Las fantasías
en torno al yo son frecuentes en estos asesinos, así como también las
teorías (“visiones”, si se quiere) delirantes y extravagantes. El
ejemplo perfecto del asesino serial visionario es Herbert Mullin: oía
voces, alucinaba y tenía una teoría extraña según la cual, a través de
los sacrificios humanos, se podía disminuir la probabilidad de grandes
desastres naturales (terremotos sobre todo); así, él se veía a sí mismo
como un visionario que estaba en el deber de proporcionar sacrificios
humanos (a través de sus asesinatos…) para evitar un terremoto en
California.
3.2-Misionero: Estos
asesinos creen que tienen una misión y que esa misión comporta librar
al mundo de personas “indeseables”: judíos, negros, prostitutas,
lesbianas, homosexuales, etc. Así, muchos de ellos se ven como sanadores
de la sociedad o purificadores. Según los estudios, la mayoría de estos
asesinos son psicóticos. Un gran ejemplo de esta clase de asesino es el
neo-nazi Joseph Franklin, el cual mató a muchísimos negros y judíos ya
que deseaba “limpiar el mundo” de gente que consideraba inferior.
3.3-Hedonista: El
asesino hedonista busca el placer y la gratificación como fines de sus
asesinatos. Pero aquellas pueden ser de distintas naturalezas,
originando los siguientes subtipos:
3.3.1-Lujuria: Estos
asesinos matan en vistas a obtener gratificación sexual. En ellos
pueden darse patologías como la necrofilia o el sadismo. Dependiendo del
caso, el asesino encontrará el placer sexual en el asesinato mismo, en
cosas que hace con el cadáver luego del asesinato o en el abuso (aquí
entra el sadismo, yendo de la simple violación a cosas mucho peores como
la tortura) de su víctima viva, siendo estos solo los casos generales.
Un buen ejemplo de esta categoría es Daniel Camargo Barbosa, quien violó
y mató a 71 chicas vírgenes: en su caso, el asesinato no era lo que
proporcionaba el placer sexual sino lo que garantizaba la posibilidad de
su repetición pues, según declaraciones del propio delincuente,
principalmente asesinaba para evitar que su víctima lo delatase. Otro
ejemplo, ya en el caso de lo monstruoso, es el del homosexual Jeffrey
Dahmer, quien invitaba (ofreciendo bastante dinero) a chicos a ver
pornografía o sacarse fotos pornográficas, luego los drogaba, los
estrangulaba hasta matarlos y, ya muertos, tenía sexo con las víctimas y
se masturbaba encima de sus cadáveres…
3.3.2-Búsqueda de emociones intensas y adrenalina: Estos
asesinos seriales buscan la excitación emocional, las emociones
intensas, la adrenalina. Para ellos, matar resulta divertido y
estimulante. Suelen ser grandes sádicos que disfrutan no solo del dolor
sino del terror de sus víctimas, sin embargo sus asesinatos generalmente
carecen de un aspecto sexual. El asesinar adquiere en ellos, hasta
cierto punto, el carácter de una adicción emocional, es por eso que, a
diferencia de otros tipos de asesinos, no pueden permanecer mucho tiempo
tranquilos sin acabar con vidas humanas, dejando por ello periodos no
largos de tiempo entre uno y otro crimen. La psicología de estos
trastornados se ve con claridad en cartas como la del Asesino del
Zodíaco (se desconoce aún la identidad real); dice así un fragmento de
un mensaje suyo: ‹‹Me gusta matar gente porque es mucho más
divertido que matar animales salvajes en el bosque, porque el hombre es
el animal más peligroso de todos. Matar algo es la experiencia más
excitante. Es aún mejor que acostarse con una chica.››
3.3.3-Beneficio material (lucro y confort): Los
integrantes de esta categoría asesinan como un medio para conseguir
dinero o bienes materiales (la herencia de un apartamento, por ejemplo).
Aquí, las víctimas suelen ser miembros de la familia del asesino o
conocidos cercanos. Generalmente tras cometer un asesinato, esperan
periodos de tiempo relativamente largos para evitar levantar sospechas
entre los integrantes de su familia y círculo social y entre los agentes
de la ley. Difiriendo de otros tipos de asesinos, éstos prefieren
utilizar el envenenamiento (el arsénico es una elección frecuente) en
vez de la violencia propia de los disparos y las puñaladas. Algo muy
importante es que ésta es la categoría en que se ubican la mayoría de
las asesinas en serie. Es entonces muy significativo que, siendo en USA
el porcentaje de asesinas en serie de un 2% y en el resto del mundo
máximo hasta 24%, la inmensa mayoría de asesinas seriales tenga por
finalidad de sus asesinatos el beneficio material, tal y como mostró un
estudio hecho por Eric Hickey en 1997, según el cual el 75% tenía por
motivación al lucro…Un ejemplo escalofriante de este tipo de asesinos es
la española Enriqueta Martí, asesina serial española del siglo XIX e
inicios del XX. Ella, aprovechando que en su época la tuberculosis y
otras enfermedades no tenían cura con medicina tradicional, fabricaba
eficaces remedios para esos males, pero esos remedios estaban hechos
nada más y nada menos que con los cadáveres frescos de los niños (que no
pasaban de 9 años) que asesinaba. Aprovechaba todo: la sangre, los
cabellos, los huesos (que pulverizaba); y los mezclaba ingeniosamente,
en pomadas y otras fórmulas que vendía a grandes precios, precios que
casi siempre eran gustosamente pagados por gente de clase social alta
que sabía de la eficacia de los remedios de Enriqueta, aunque ignoraba
su macabra composición…
3.4-Poder/Control: Estos
asesinos usualmente fueron abusados, maltratados, subyugados y
dominados durante su infancia. Es así frecuente hallar en ellos una
sensación de impotencia que busca ser saneada a través de la obtención
de un sentimiento de poder y control. De ese modo, se satisfacen en
saber que tienen el poder para decidir sobre la vida y la muerte de su
víctima; y, evidentemente, gran parte de su gratificación está también
en saber que sus víctimas saben que ellos tienen ese poder. Por eso,
estos asesinos adoran torturar a sus víctimas y demorar la muerte de las
mismas, ya que si las matan inmediatamente, no consiguen experimentar a
plenitud el poder y el control. En este marco, las violaciones y
torturas sexuales son abundantes; pero, y esto es de suma importancia,
el fin primero de aquello no es el placer sexual (aunque lo obtengan)
sino el sentimiento de dominación que eso les da, gozando así más con la
contemplación de la debilidad e impotencia de sus víctimas, que con el
sufrimiento en sí mismo de ellas. El Doctor Muerte (Harold Shipman)
ilustra a la perfección este tipo de asesinos. Él, aprovechando su
posición de médico, elegía como víctimas a indefensas ancianas a las
cuales les inyectaba mortales dosis de morfina, falsificando luego los
informes médicos y diciendo que la paciente había muerto por causas
naturales, un paro cardíaco, por lo general. Según se cree, llegó a
matar a unas 215 personas. No lo hacía por sadismo, ni por interés
económico (su posición económica era buena y no le interesaba mucho el
dinero), ni por venganza: era todo por una morbosa atracción por la
muerte pero, principalmente, por el gozo que le daba el tener el poder
de decidir sobre la vida y la muerte de sus víctimas. Dijo por ello el
forense John Pollar: “simplemente disfrutaba contemplando el proceso de
morir y gozaba con el sentimiento de control sobre la vida y la muerte”
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4-Según su género:
4.1-Hombres: Según
una publicación autorizada en una fuente seria como es la web del Dr.
Mike Aamodt (profesor emérito del Departamento de Psicología de la
Universidad de Radford), los datos indicaban, a la fecha del 07/10/2010
(última actualización de las investigaciones), que a nivel mundial el
porcentaje de asesinos seriales masculinos era de 88.1%. Queda entonces
patente que la tendencia al asesinato violento es algo propiamente
masculino, aunque hay mujeres que caen en este patrón y son excepciones
en su género. La razón estadística es evidente: el porcentaje de
asesinos seriales masculinos es mucho mayor que el de asesinas seriales
y, dentro de las pocas asesinas seriales, la mayoría emplean el método
no violento del envenenamiento. Así, lo anterior sugiere que en el fondo
de la cuestión está el hecho de que el hombre es mucho más proclive a
la violencia física. Enumerando algunas causas posibles para ese hecho y
por ende para el hecho de que haya más asesinos seriales que asesinas
seriales, se tiene lo siguiente: 1) Biológicamente, el hombre tiene
mucha más testosterona, hormona que lo predispone a un mayor índice de
agresividad, 2) El hombre tiende a exteriorizar la tensión, lo cual
puede expresarse en hostilidad; en cambio, la mujer tiende a
interiorizar la tensión, pudiendo caer en la depresión, 3) El miedo es
un mecanismo de control y la mujer, por su debilidad física y hasta
cierto punto por condicionamiento cultural, tiende a autopercibirse en
una situación desfavorable en cuanto a su potencial para ejercer la
violencia física, experimentando así un miedo que se suma a una
inseguridad inherente a la necesidad de protección-seguridad que
históricamente la sociedad ha programado en ella; evidencia de esto, es
el hecho de que el lucro sea lo que más motiva a asesinar a las mujeres,
siendo que aquel lucro representa un potencial de protección material
(la seguridad que tiende a buscar por su programación cultural). Por su
parte, el hombre tiene mayor fuerza física y su programación
histórico-cultural lo orienta hacia una percepción en la que
masculinidad va de la mano con “fuerza” “emprendimiento”,
“autosuficiencia” y otras características en esa misma línea.
4.2-Mujeres: Según
la misma fuente —la web del Dr. Mike Aamodt— empleada para señalar el
porcentaje de asesinos seriales, se tiene que el porcentaje mundial de
asesinas seriales sería de 11.9%. Evidentemente las cifras son solo
aproximaciones, pero es claro que todas las estadísticas disponibles
muestran una divergencia cuantitativamente enorme entre el porcentaje de
asesinas seriales y el de asesinos seriales, por lo cual ese 11.9% es
bastante confiable. Ahora, explicar aquí por qué hay menos asesinas
seriales resultaría fútil debido a que, en la explicación anterior de
por qué hay más asesinos seriales, están implícitas las razones
principales de la escasez de asesinas seriales. La clasificación que se
verá a continuación es la más difundida para las asesinas seriales; sin
embargo, se la ha criticado porque las subcategorías que contiene
pueden, en algunos casos, presentar elementos (asesinas seriales)
compartidos y, además, son todas ellas también aplicables a los hombres,
de modo que se puede hablar de “viudos negros” o “depredadores
sexuales”, por ejemplo.
4.2.1-Viudas negras: En
promedio comienzan sus asesinatos después de los 25 años. Sus víctimas
suelen ser sus esposos o compañeros (por esto el nombre), sus familiares
y, en general, personas con las que han entablado una relación
personal. Su método es el envenenamiento, lo cual representa, en
comparación con otros métodos de asesinato, un obstáculo a la hora de
incriminarlas. Su móvil suele ser siempre el beneficio material, el
lucro principalmente. Un ejemplo significativo es Marie Besnard, asesina
serial francesa de la primera mitad del siglo XX. Ella usó arsénico
para matar a su marido, a su tía, a su abuela, a sus padres, entre otras
personas. Sumando a eso su habilidoso talento para hacer trucos sucios,
consiguió heredar considerables sumas de dinero de sus víctimas.
4.2.2-Ángeles de la muerte: Suelen
empezar su carrera criminal después de los 21 años, siempre en una
localización completa: un hospital, una clínica, etc. Su gran motivo
impulsor es la sensación de poder y control que experimentan al decidir
sobre la vida y la muerte de sus víctimas. Dos características
esenciales que tienen son: primero, el tener una necesidad compulsiva de
matar; segundo, tienden a usar sus crímenes para ser percibidas de
manera positiva, ya sea como la típica enfermera que se conduele con los
familiares del muerto, ya sea, por ejemplo, envenenándolos con un
veneno que mata en varios días, para así cuidar de la víctima y
aparentar gran bondad. Una sustancia bastante usada por estas asesinas
es el cloruro potásico, con el cual pueden aparentar un paro cardíaco en
la víctima. Un ejemplo es la inglesa Beverly Allitt, quien trabajaba en
el Hospital de Grantham y mató a cuatro niños inyectándoles insulina,
todo para luego congraciarse con los familiares de la víctima, fingiendo
dolor y adoptando un rol de confidente, cosas que no se le hacían
difícil puesto que era risueña y tenía un rostro de rasgos suaves e
inocentes.
4.2.3-Depredadoras sexuales: Este
tipo de asesinas seriales son extremadamente escasas. Sus asesinatos
están siempre ligados a una búsqueda de satisfacción sexual vinculada a
la muerte. Suelen ser mayores de 30 años y son mucho más frecuentes en
Europa que en USA. Un ejemplo es la asesina británica Rosemary; quien,
en compañía de su esposo Fred West, fue responsable por la muerte de 12
chicas jóvenes, incluyendo niñas. Ella, que tenía una libido desmedida y
era bisexual, gozaba sodomizando (con consoladores u otros implementos)
a las chicas y sometiéndolas a múltiples torturas sexuales.
4.2.4-Por venganza: Estas
asesinas en general se inician luego de los 22 años, sus víctimas son
gente cercana, presentan trastornos de obsesión y sus crímenes suelen
motivarse en celos patológicos. Ellen Etheridge es un ejemplo perfecto
de esta categoría: ella se casó con un millonario texano y tuvo 8 hijos;
pero, no soportando que sus hijos le “robaran” el amor de su esposo, se
decidió por asesinar con arsénico a cuatro de ellos.
4.2.5-Obtención de beneficio o provecho: Este
es el tipo de asesina serial más frecuente. Ellas matan para obtener
dinero o bienes materiales y sus víctimas son muchas veces gente
cercana. Un caso destacable es el de Madame Popova, noble rusa que,
entre 1879 y 1909, dirigió una agencia (creada por ella) para, por sumas
razonables de dinero, liberar a las esposas de “maridos crueles”. Para
eso, se valía de envenenadoras o de sicarios; y a veces, ella misma
hacía el trabajo…En total, mató aproximadamente unos 300 hombres.
4.2.6-En grupo: En
las asesinas seriales la tendencia a trabajar con uno o más cómplices
es mayor que en los asesinos seriales. Por lo general se asocian con su
pareja, aunque otras veces con una mujer. Un buen ejemplo lo conforma
Catherine May Wood, quien mataba ancianos (asfixiándolos) con ayuda de
Gwendolyn Graham, y posteriormente hacía el amor con él…
4.2.7-Asesinas que padecen algún trastorno en el momento de cometer el asesinato: Estas
asesinas no simplemente tienen psicopatologías, sino que es la
psicopatología lo que, en el plano de la motivación del impulso asesino,
prima al momento del crimen. En todos los casos, el trastorno mental es
de gravedad tal que afecta a la capacidad volitiva (la voluntad) e
invectiva de éstas asesinas. Ejemplo en esta categoría es Janne Topan,
quien confesó haber matado (con envenenamiento) 31 personas aunque se
cree que mató entre 70 y 100. En su juicio de 1902, el análisis de los
médicos determinó su insania mental, por lo que el jurado declaró que
por su “locura” debía ser internada en un manicomio en lugar de recibir
la condena que correspondería a un delincuente dueño de sus actos. Sus
propias palabras evidenciaban lo trastornada que estaba. En la corte
dijo: “esa es mi ambición: matar más gente que cualquier otro hombre o
mujer que haya existido jamás”; complementariamente, algunas de las
cuidadoras de enfermos que trabajaban con ella afirmaron haberle oído
decir: “traiga algo de morfina, querida, y vayamos al pabellón. Usted y
yo nos divertiremos muchísimo viéndolos morir”
4.2.8-Sin explicación: Como
el nombre indica, en estos casos se desconoce la motivación de la
asesina serial o su motivación no es agrupable en ninguna de las
categorías anteriores. Un caso es el de la estadounidense Stella
Williamson de 75 años, quien antes de morir dejó una nota para las
autoridades: allí, hablaba de un tronco en el ático, el cual contenía
los cadáveres de 5 recién nacidos…
4.2.9-No resueltos: En
estos casos, simplemente acontece que no se sabe la identidad de la
asesina serial, o no se sabe si se trata de una asesina serial pero se
sospecha de la existencia de una detrás de los crímenes.
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